Por alguna razón tengo la idea de que toda madre tiene en su cocina un calendario, ahí las súper mamás anotan los recitales de piano, juntas de padres de familia, fiestas de cumpleaños, etc. Hay días buenos en los que las mamás miramos el calendario con ilusión anticipando los días de fiesta y los partidos de soccer y días no tan buenos en que una quisiera dejarlo todo e irse al Caribe o a dondequiera que sea la foto que tenga dicho calendario.

Thursday 26 September 2013

Meet the proud mommas night


Los eventos de “meet the teacher ” deberian de llamarse “meet the proud mommas night”. 
Todo gira alrededor del orgullo, de los hijos sentirse orgullosos de los padres y – por supuesto – los padres sentirse orgullosos de los hijos. Si existe la oportunidad de presumir los logros del querubín qué mejor, pero la mayoría de los “mi hijo es lo máximo” y “mi mamá es bombero y te moja” van escondidos en los hechos.

El “meet the teacher / proud mommas night” de primero de primaria fue una cena “potluck”, lo que en español conocemos como cena de traje (traje papas, traje refrescos, traje postre). Así que – debido a que Vancouver es multicultural – nos pidieron que cada familia llevara un platillo de nuestra herencia cultural. Me cayó un poco gordo que sólo por ser de un país exótico tuviera que complicarme la vida, si fuera canadiense me podría haber librado con una buena charola de fruta o crudités y dip. Después de trabajar todo el día, sin saber cocinar y con mi marido (el chef del hogar) de viaje mis opciones eran las siguientes:
    a) Decretar platillo nacional mexicano el pay de manzana comprado
    b) Caer en el doble estereotipo de llevar chips & salsa. Digo doble estereotipo porque estereotipo# 1 Los mexicanos solo comen chips & salsa y estereotipo #2 Las mamás que trabajan son unas negligentes que llevan chips & salsa a las cenas de la escuela.
    c) Apelar a nuestras raíces españolas y llevar disfrazado de paella el arroz compuesto que nos dejó mi esposo en el refri para toda la semana.
Escogí C. Mi niño había estado muy preocupado por el platillo que íbamos a llevar y muy agobiado por “esa gente que cree que en los potlucks pueden llevar sólo el postre” (creo que eso me oyó decirlo una vez, ¡ups!). Así que después de repasar toda la gama de antojitos mexicanos y explicarle que NO se pueden cocinar en un salón de clase ni dejar preparados desde la noche anterior, optó por sacrificar su arroz compuesto y llevarlo al salón para presumir el excelente cocinero que es su papá.

Yo también tuve oportunidad de presumir al chamaco, no crean. Me estaban preguntando unas mamás como le iba con aprender a leer, ancha como pavoreal les platiqué que está leyendo muy bien en inglés y en español. Mi niño muy satisfecho también volteó con una de las mamás, que estaba embarazadisima, y le platicó que estaba leyendo en su enciclopedia como nacían los niños y después se dedicó a explicarle con detalle todo lo que había aprendido, ademas de aclararle que la gestación dura nueve meses y no un mes como algunos niños erróneamente creen (?). No hace falta decir que no me vieron con tan buenos ojos.

Para terminar, mi hijo me llevó a ver la pared donde están pegados los dibujos y trabajos que hacen. Habían escrito algo sobre sus vacaciones de verano y hecho un dibujito. Entre las hojas con frases como “I went fishing”, “We saw killer whales”, “I went to the beach” y “I went to Disneyland” estaba el dibujito de mi niño “I went shopping with my mom and she returned a nail polish” (!) Me sentí fatal. “¡Pero si fuimos de camping! le dije fuimos a la playa, al zoológico, a la granja, vino abuela a verte, fuimos al parque, a nadar, ¡a cortar moras! ¿Por qué pones eso?” Muy serio me contestó “Lo que más me gusta es estar contigo, por eso puse una carita muy feliz en mi dibujo”. Y si, en realidad fue un muy buen día, fuimos a regresar mi barniz de uñas, pero después nos comimos juntos una crepa platicando sentados en una banquita, y de ahí fuimos a la librería a contar cuentos. Algo ha de estar haciendo bien mamá.